Cuando era niño creí que detrás de las montañas que se veían desde la puerta de mi casa se encontraba Estados Unidos, no sé porque mi mente infantil así lo creyó, pero cada que las veía, pensaba que sólo tenía que ir detrás de ellas para conocer otro país. La primera vez que recuerdo haber cruzado esa frontera imaginaria durante un paseo familiar, pregunté a mi mamá que si ya estábamos en Estados Unidos, ella sonriendo me dijo que seguía siendo México. Me sentí triste porque no había logrado ir a otro país y muchas veces imaginé la alegría que sería visitar tierras extranjeras. Así, me fui de casa por primera vez a los 15 años, quizá por soñador o solo por necesidad, nolo sé, pero desde entonces he viajado por varios lugares, en cada uno, he cometido aciertos y desaciertos qué han alegrado y entristecido el corazón de mi madre. Su amor, vinculado al del corazón de María me ha abrazado y protegido aún en la distancia. Ella siempre ha estado conmigo, alentándome o reprendiéndome, con corazón compasivo y misericordioso, siempre bajo la visión de lo que Dios le ha mostrado que quiere para mi vida. Hoy soy un adulto y por fin sé lo que se siente estar en Estados Unidos, y no, no sé siente como creía, es más; hoy extraño la alegría de tener cerca a mi madre para preguntarle cualquier cosa, escucharla o verla sonreír, pero sé que está ahí, en casa, con mis papás y hermanos. ¡Eso me hace feliz! Ella es mi primer amor y mi mejor amiga. Espero que a lo largo de mi existencia tenga más aciertos que desaciertos y que, desde donde quiera que mi madre me mire, se sienta orgullosa de hice mi mejor esfuerzo, pues sabe bien que aunque debería, no soy un santo. Gracias por tanto. Gracias por enseñarme a contar historias, pero más por enseñarme a convertir mis sueños realidad. ¡Feliz día de las madres María del Carmen! Te amo.
El rincón del amor y el pensamiento
Éstos solo son fragmentos de los viajes que suelo hacer al interior de mis recuerdos que de alguna manera han marcado mi vida.
domingo, 10 de mayo de 2020
domingo, 28 de mayo de 2017
NO TE ENAMORES DE UN TONTO O UNA TONTA
Hace poco leía un
artículo dónde decía que las personas inteligentes suelen tener dificultades
para entablar una relación por varios motivos, uno de ellos, es que suelen ser más
analíticos y las otras personas suelen asustarse por esta razón. Una vez en un
periodo de introspección, me pregunté si en realidad estas cosas pasaban. Creo
que muchas veces escogemos una pareja y nos enamoramos de ella basados en nuestros
vacíos emocionales que suelen proyectarse en una necesidad que grita ser
satisfecha.
Quise titular este
escrito “Nunca te enamores de un tonto o una tonta” porque me pareció la forma
más sencilla de asimilarlo. Al pensar al respecto me surgió otra pregunta:
¿Cómo distinguirlos en nuestra vida cotidiana?
Buscando respuesta a esta
interrogante me atreví a plantear los siguientes puntos basado en la
experiencia de una amplia gama de personas
que he conocido a lo largo de mi vida y la mía propia:
1.-Una persona tonta,
pone demasiada atención a su aspecto físico, se basa en su falta de aceptación y
de los demás, incluso muchas veces se obstina por que la miren como objeto sexual. Una inteligente, no solo pone atención al aspecto
físico, sino se acepta y busca mejorar, no solo física, sino emocional y espiritualmente.
2.-Una persona tonta se
molesta cada que le platicas tus sueños y trata, ya sea explícita o implícitamente,
de hacerte entender que no lo los lograrás, que no eres suficientemente
talentoso; de hecho, suele molestarse frecuentemente porque piensa que quieres
hacerla sentir menos, porque quieres explotar tu inteligencia, porque
simplemente se siente mediocre y tú se lo recuerdas perfectamente. Al contrario,
una persona inteligente, busca relacionarse con alguien que la motive a crecer
y alimente sus sueños, en donde cada propuesta o sueño se vuelve una oportunidad
para crecer y replantearse los propios, en el cual uno alienta a otro a crecer y superan
en conjunto el miedo de salir de su zona de confort.
3.- A una persona tonta,
no le interesa el buen trato, la amabilidad o el romanticismo (como una forma
de vida y no como una acción esporádica). Hace tiempo una persona me dijo que
somos adictos a las mentiras, y creo que en este caso aplica perfectamente. Creo
que a las personas tontas les gusta la indiferencia, no en el término absoluto
de la palabra, sino en un cierto tipo de maltrato emocional matizado de cariño. A
este respecto, te recomiendo nunca darle todo el amor uno de estos tontos porque corres el riesgo que sienta que se
merece todo el buen trato del mundo y termine despreciando lo que ofreces y no
suficiente con esto, termines viéndote
como un estúpido. Una persona inteligente, valora lo importante, tiene bien
sabido que cada muestra de afecto lo compromete a no acostumbrarse, sino es consiente
que las cosas terminan, las personas se van, los seres amados también mueren, que los ciclos se cierran y nada vuelve a ser
igual nunca. Saben perfectamente que solo se vive una vez, confían en el poder
del hoy, y uno de sus lemas es aquel que llegó a citar Juan Gabriel: “El tiempo no perdona y siempre es testigo”.
4.- Una persona tonta
envidia lo que otros tienen, el físico, el dinero, el trabajo, una pareja.
Están rodeados de infelicidad y se centran en lo que no tienen, y según su
criterio, “merecen”. Suelen menospreciar
todo lo que pueden disfrutar y creen que la vida es injusta con ellos. A diferencia
de éstos, una persona inteligente, sabe que está en el punto exacto en que puede
crecer, se acepta como es y con la vida que lleva, no se acostumbra a ella,
pues sabe que los momentos malos son buenos cuando se maduran y los fracasos
son solo los escalones que llevan al éxito. Es consiente que solo hoy puede ser
feliz y no le atribuye al dinero, viajes o al futuro, la responsabilidad de su
propia felicidad.
5.- Una persona tonta no
busca aprender algo nuevo, cree que no lo necesita y no se deja enseñar nunca; no
busca hablar de un buen un libro (partiendo de la premisa que cada quien tiene
sus favoritos), sus pláticas se centran en telenovelas y tips de belleza o en
programas estúpidos que solo distraen a la conciencia. Por el contrario, una
persona inteligente, sin importar su nivel de estudios, suele disfrutar de una
lectura y está siempre abierta aprender cosas nuevas, aunque esto represente un
reto en el cual tenga que emplear tiempo y esfuerzo.
6.- Una persona tonta
suele mentir para obtener lo que quiere, una inteligente ama la verdad aunque
represente un reto ante la mentira
.
Estimado amigo o amiga,
si te enamoras de una persona tonta, estás destinado a perder tu esencia poco a
poco, ese ser soñador con ganas de volar que hoy eres, se irá muriendo. Las personas
tontas suelen ser egoístas y como su luz interna ha desaparecido, no descansarán
hasta apagar la tuya. Los tontos suelen ser infelices y no soportan una persona
feliz, así que si eres inteligente, busca una persona inteligente que te
complemente, que comparta tus sueños y te ayude a permanecer en ellos a pesar
de los fracasos. Sino lo haces mi estimado amigo o amiga, me temo que
terminarás convirtiéndote en un tonto que se cree inteligente.
¿Tú que opinas?
Imagen tomada de [https://es.123rf.com/imagenes-de-archivo/tonta.html]
martes, 3 de enero de 2017
Entre dos amores
Hace algunos años, el amor y las relaciones personales tenían un matiz distinto. Aún recuerdo las historias que me platicaba mi madre sobre sus primeros amores, como la cortejaban los caballeros y como mi padre llegó a conquistarla. Antes, parecía que la gente buscaba su alma gemela, su otra mitad con la cual compartir el resto de sus días. Sin embargo, en la actualidad eso parece ya no existir, muchas personas solo buscan pasar el tiempo, satisfacer sus placeres y desechar a las personas como un material inservible.
Estas circunstancias me llevan a pensar algo que todos tenemos en común, alguna vez hemos estado en la disyuntiva de elegir entre dos personas o estar dentro de las personas a elegir. Lo que creo que no tenemos en común, es el contexto de las circunstancias. Algunos hemos elegido de quien enamorarnos, sin herir ni ofender a la persona no considerada, ya que si uno opta por la amistad, muchas veces resulta en el bien común de los involucrados. No obstante, existen casos donde las personas entablan una relación amorosa y de repente, cuando creen haber encontrado una mejor opción, se deshacen de la pareja actual, la desechan y cambian de pareja como cambiar de muda de ropa, terminan cambiando lo importante por lo inmediato, sí, la importancia de una persona que ama, por la inmediata sensación de la nueva relación. Creo que la incapacidad de ser feliz con el presente, con lo que se tiene en el momento, es la raiz de esto, pues siempre se busca una nueva meta que conseguir, creyendo que ésta si te dotará de la felicidad anhelada, este trastorno ( al menos yo lo veo como uno) ha sido denominado por los expertos como"adaptación hedónica". Así que, si te enamoras o tienes de pareja a alguien que nunca es feliz con su presente, ¡ten cuidado! porque estás en riesgo de ser herido o cambiado por alguien "mejor" como consecuencia de la adaptación hedónica. Si tu eres alguien así, sería bueno que consideres la oportunidad de cambiar y darte cuenta que solo hoy puedes ser feliz y que al cambiar lo importante por lo inmediato puedes estar "desechando" a la única persona que de verdad te amará.
Tú ¿qué opinas?
Imagen obtenida de http://www.que.es/ultimas-noticias/curiosas/201410060800-espanoles-espanolas-engana-pareja-segun.html
domingo, 18 de septiembre de 2016
Mi mejor venganza
Creo firmemente que todos los seres humanos en algún momento de nuestra vida nos hemos enamorado de alguien y después de un largo proceso, madurando ese gran mar de sentimientos, ese enamoramiento se convierte en el sentimiento más puro y hermoso que un ser humano puede experimentar, el amor. Todas aquellas sensaciones que el amor nos hace sentir, nos hacen anhelar que esos momentos sean eternos, pero principalmente que momentos tristes o desoladores no hagan su aparición; cosa que por supuesto, nadie quiere vivir.
Cuando amas a alguien, confías plenamente en que esa persona hará todo lo que esté en sus manos para hacerte muy feliz, como seguramente tú te esfuerzas para que ella lo sea; pero sobre todo, crees que esa persona cuidará y valorará la oportunidad de mirarte tal cual eres, sin máscaras, con tus miedos y debilidades, con tus sueños e ilusiones, aquellas que animoso te atreves a compartirle y a invitarle a participar.
Amar a alguien de esta manera, te deja desprotegido ante el dardo casi mortal llamado desilusión e infidelidad. Cuando este dardo llega, no encuentra resistencia alguna porque tu corazón está abierto de par en par, por lo que no solo llegará a su destino, sino que se incrustará en lo mas hondo de él. Aquí, es donde todos esos hermosos sentimientos que alegraban nuestra vida se transforman en tristeza, coraje, ira y en el peor de los casos, odio. El dolor experimentado, nos hace pensar y desear lo peor para esa persona, lo que termina llevándonos a la búsqueda de venganza.
Pensando en esta situación, me preguntaba: -¿Cuál sería mi mejor venganza?- Haciendo un viaje a mis más oscuros pensamientos llegué a una conclusión. Encontré que mi mejor venganza ya la había puesto en marcha, sin planearla y como resultado de la entrega. Sin darme cuenta, mi venganza comenzó cuando nuestra historia de amor inició, en aquellos tiempos donde por primera vez decidí a amar sin egoísmos, aceptándola con sus virtudes y defectos, apoyándola y siendo paciente en su proceso de madurez. La respeté como nadie, cuidé de su ser y su alma; sin olvidarme de mi, de alimentar mi alma y corazón para siempre tener algo nuevo que ofrecerle. Pero ahora que lo pienso mejor, mi peor venganza ha sido amarla como a nadie, mirarla como la creación más hermosa que mis ojos han visto, escuchando y disfrutando como hace uso de su mejor instrumento, esa voz angelical capaz de tranquilizar a la peor versión de mi persona. Su desnudez no representaba sólo un momento carnal, sino era la oportunidad de experimentar uno celestial, donde su cuerpo desnudo simplemente reflejaba la desnudez de su alma. Podía mirar en ella no solo lo evidente, sino lo que muchas veces pretrendía ocultar de la vista de los demás porque eran cosas que la hacían sentir frágil, delicada y en algunas ocasiones un poco tonta. Sí, pude mirarla y valorarla, la cuidé como nadie la había cuidado. Creo que mi venganza la terminé de construir cuando con mis besos dejé tatuada mi esencia en sus labios, pues desde que la besé, se volvieron una extensión de los míos; cuando su alma se fusionó con la mía en aquellos momentos de tristeza y enfermedad en que estuve a su lado consolándola y cuidando de ella; cuando con mis caricias dejé parte de mí esencia en su piel, aquella que en algún momento de su vida le reclamará manos como las mías; cuando su corazón se sienta sediento de amor verdadero y puro; cuando extrañe mi mirada que podía admirarla por horas sin juicio alguno. En ese momento mi venganza estará consumada, pues todo eso serán momentos que no volverá a vivir, a pesar de su simpleza o sencillez. Ella no lo sabe, ni siquiera lo imagina, tal vez pasen muchos años cuando la euforia de su nuevo amor o sus nuevas relaciones disminuya, pero inevitablemente llegará y no podrá hacer nada al respecto. En ese momento, haré mi entrada triunfal, seguramente yo nunca lo sabré, pero pasará; sí, cuando al vivir todo esto evoque mi recuerdo, perciba por un momento lo que tuvo y miré lo que perdió.
Si hoy estás con alguien a quien amas como a nadie, no temas, si crees que es la persona correcta, sólo ámala con todo el corazón, claro, sin olvidarte de ti. Si esa persona decide irse o lastimarte cambiándote por alguien más, no te preocupes, el amor traicionado o herido, lleva implícita la peor venganza de todas... La de la persona que ama de verdad.
Perdona y sé libre.
[Descripción de la imagen] Imagen tomada de http://planetahoy.com/como-superar-una-ruptura-amorosa/
viernes, 5 de agosto de 2016
Cuando una serie te pone a pensar ¿Para qué naciste?
El día de hoy platicaba con una amiga sobre una serie que está de moda y que acaba de concluir su sexta temporada. Nuestra plática se centró en uno de los personajes menos importantes, un hombre tosco y tonto que aparentemente no tenía una habilidad particular, como la tenian la mayoría de los personajes de la serie. Curiosamente, este personaje solo sabia decir una sola palabra. Lo interesante de este personaje, es que la única palabra que pronunciaba se relacionaba con la misión que se le había encomendado desde que era un niño, ese hombre estúpido a nuestros ojos era el más consciente de todos, ya no necesitaba buscar una razón para vivir, porque ya la conocía, tan es así, que pronunciaba la misma palabra en la felicidad y la tristeza, en la paz y la preocupación, como si supiera que todo lo que sucedía contribuía a su gran misión, la cuál llegó a cumplir heroicamente.
El problema de mucha gente en el mundo es que se la pasan buscando su razón para vivir de una manera somera, es decir; quieren asociar sus sueños a los estándares de éxito que marca la sociedad y buscan la aceptación generalizada de los demás. Terminamos convirtiéndonos en cazadores de sueños sin sentido, porque muchas veces ni si quiera sabemos qué buscamos o por qué lo hacemos; eso nos vuelve infelices, con miradas vacías y una vida insatisfecha que buscamos llenar con todo, sin resultados favorables. Nos volvemos como un bailarín que decidió dedicarse a la abogacía aunque sabía que lo único que lo haría feliz sería la danza.
Todos nacimos para una misión y estamos predestinados a vivirla, está en nuestras manos aceptarla o rechazarla. cada cosa buena o mala está asociada a la misión a la que fuimos llamados, cada amor o desamor, cada éxito o fracaso. Todo en conjunto contribuye para que desempeñemos nuestro mejor papel en este mundo y nuestro paso por él sea el mejor.
[Descripción de la imagen] Tomada de http://www.newyorker.com/culture/sarah-larson/game-of-thrones-the-door
jueves, 4 de agosto de 2016
Mi escena romántica favorita
Desde que era pequeño, me preguntaba de donde habían sacado las ideas para realizar las escenas de un sinfín de películas románticas. Una escena recurrente que viene a mi mente, es aquella donde un par de enamorados se separa por causas ajenas a su voluntad y años después se vuelven a encontrar en medio de momentos circunstanciales. Esta escena solía mantener a toda la audiencia suspirandono casi al unísono. Esa respiración sólo era el resultado del amor, el recuerdo o el anhelo, dependiendo de la vida de cada espectador, en mi caso, sólo era aquel anhelo de poder vivir algo similar.
Pensé que el día que me pasara me sentiría como cuando miraba esas escenas románticas en aquellas películas, pero cuando me pasó, la sensación que viví en la sala de cine se quedó corta.
Mi momento de película fue en aquel tiempo cuanto las clases estaban por terminar y dejaría de ver definitivamente al amor de mi vida, pues ella había elegido estudiar en otro lugar y no volveríamos a vernos. Fue en aquel viaje de graduación, donde sentí que me despedía de ella, no quería soltarla de ninguna manera, quería disfrutar hasta el último minuto junto a ella. paseamos por la playa, nadamos, comimos y caminamos un poco, así continuó el día hasta que la noche nos alcanzó y fuimos bailar. Recuerdo ese sonido tropical que ambos disfrutabamos tanto, bailamos un par de piezas y compartimos otras con los amigos, la noche continuó, para ambos, casi perfecta pues al bailar nos compenetrabamos. Nos encontrábamos en medió de ese éxtasis sabroso que la música tropical suele regalar, cuando, de repente, la orquesta paró y comenzó a tocar una canción de antaño, una melodía llena de frases que aludían a la belleza de la mujer con quien bailaba, la tomé entre mis brazos, la abracé muy fuerte y, de pronto, llegó la escena romántica que estuve esperando toda mi vida. No solo escuchaba la música que le cantaba al amor, sino también estaba bailando con el amor encarnado en mujer. El tiempo se detuvo y se hizo una eternidad, en la pista, desapareció todo el mundo y sólo quedamos ella y yo. Entonces sentí un calor que me invadía por dentro, comencé a recordar todas nuestras aventuras juntos, nuestras peleas y reconciliaciones, todo apareció delante de mi. Fue ahí cuando me di cuenta que no quería dejarla jamás, la abracé y lloré, no de dolor, sino de alegría, porque amaba, y era ella el destinatario de tan inmenso amor.
Desde entonces, cada que escucho esa canción puedo revivir mi gran escena, la mejor de todas, no por la producción o las escenas, sino porque fui el protagonista. De vez en cuando, puedo oler aquel perfume proveniente de la flor a la que aludía aquella canción, y entonces, como si fuera un tuco de magia, puedo sentir a mi amada cerca, aún sin importar que se encuentre a cientos de kilómetros lejos de mi, pues el perfume de esa flor se convirtió en su mejor aroma y esa melodía en nuestro baile sin fin.
[Descripción de la imagen] Autor desconocido. Si alguien lo conoce, hagamelo saber.
miércoles, 3 de agosto de 2016
Si ella pudiera ver que es perfecta
Muchas mujeres entran frecuentemente en el aclamado dilema de, si están gordas o no. Suelen verse así mismas como un montón de grasa que deambula por todos lados. Antes, no le tomaba importancia cuando alguien de mi familia o alguna de mis amigas llegaban a entrar en este conflicto de aceptación, pues pensaba que era algo que se les pasaría pronto, algo así como un dolor de cabeza.
La primera vez que le tomé real importancia a esta situación, fue cuando el amor de mi vida me comentó lo mismo, esa mujer a la que amaba tan apasionadamente. - ¡Estoy gorda!- me dijo. Al principio, creí que era una broma, pero luego al mirar sus ojos de preocupación, noté que hablaba enserio. A pesar de haberla mirado desnuda en múltiples ocasiones, jamás la había mirado así. De hecho, frecuentemente me sentía privilegiado de tener una mujer tan hermosa conmigo, que de todos los que la pretendían me escogiera a mi. Basta decir que su cuerpo era hermoso, perfecto diría yo. No tenía nada de más, cada curva en ella, era tan hermosa que solía perderme mirando su cuerpo, sumergido en su belleza, como abeja en la flor más bella y rebosante. Ella siempre ha sido mi mejor paisaje, mi mejor amanecer o atardecer, aquel lugar en el que pienso cuando deseo descansar y relajarme. En resumen, ella es perfecta para mí, es más; si pudiera cambiarle algo, sólo le cambiaría ese tonto pensamiento, que tal vez le llegó a sembrar alguien que no podía con semejante belleza.
Ahora cuando le vuelve este pensamiento y la observó preocupada, simplemente la miro y le digo lo que significa para mí, la perfección hecha mujer. Pero en otras ocasiones, sólo la miro y pienso: -Si pudiera mirar con mis ojos, sabría que es perfecta-
[Descripción de imagen] No conozco al autor, si alguien lo conoce, agradecería me lo hiciera saber
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